domingo, 2 de diciembre de 2012

Soledad

El sol crecía rojísimo
en mi liturgia sagrada
del baño en aguas doradas,
magnolias en auroral.

Ola con festón levísimo
de espuma me transportaba
a nuestra infancia olvidada,
silueta en el umbral.

Mar salado, vivo, húmedo;
en él me hundo en infinito
mecida en inmortal  nicho.
Turbadora libertad.