La palabra anda descalza,
se apretuja en el cerebro
y sin saber cómo, suda por tu piel,
que toca la mía, cóncava yo
convexo tú.
La voz muda de tu cuerpo
entrelaza mi cintura
y baila desnuda hasta mis pies,
que tocan los tuyos, a un lado yo
al otro tú.
Son sílabas una tras otra,
que en silencio me visitan
y sin tu permiso, susurran tal vez,
que digan los ojos, primero yo
y luego tú.
Se escapan letras repetidas
en el gozo de la noche
y suspendidas un instante, llenan
de significado
el verbo mudo del amor.
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