jueves, 22 de noviembre de 2012

El Olvido


Solo en el día, eterno e impreciso,
cruza el desierto y llega al ahora
sin después del instante más leve
que nos da este lugar y la niebla
borrosa. Lo cito aquí y ahora,
mas también lo sé,  ayer y siempre
y mañana, espejo sin imágen
como polvo desintegrado de
un sueño que fue de soledades.
Tiene alma el Olvido, y poso
y camina su sombra, rutina
del círculo del Tiempo que empieza
donde  nunca acaba la memoria.
El Olvido es, y por eso vuelve.
Está en esa calle que yo busco,
en la luna llena que me invade,
en libros y estantes que visito,
en ese camino hacia mi casa,
en el recuerdo de esas terrazas
que guardan palabras y miradas.

Y detrás del Olvido,
el Todo y la Nada.

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