martes, 20 de diciembre de 2011

El remitente

Hubo un día en que me contó qué había significado para él ser el remitente de "La Carta". Recuerdo la mañana rotundamente muy soleada. Mientras conducía, me invadieron la luz cálida a través de parabrisas y ventanillas, y una sensación de tranquila felicidad. Eran aproximadamente las 9,15 hrs  de un mes de Diciembre y,  en el horizonte de la carretera, a unos 9 kilómetros se dibujaba el mar. El loco estaba sentado a mi lado, relajado, y sus ojos sonrientes se miraban para adentro, buscando sus palabras, para expresar sus sensaciones: "Nunca has mencionado la Carta que te mandé".
Yo seguía conduciendo, y seguía invadida por la luz y la tranquila felicidad: "la llevé doblada por la mitad y en mi bolsillo durante días y días. Tengo curiosidad por saber de tu amigo y de la mujer que conoció".

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