domingo, 29 de abril de 2012

Otra

Tanto tiempo vi en ti mi huída,
instante de mi sien en tu mirada,
el fluir del alma más sosegada,
que aún así no era aire que intuía.

Y humo esparcías como claro día,
y a la noche dudas apaciguabas,
del prolijo jardín rosa agostada
quedé en tu otra vida recogida.

¿Se desprendió el corazón de mi mano?
Del reloj fugaz partieron las horas
soñadas contigo como mariposas.

La vida resplandeció como un halo,
el aliento aleteó de la boca,
ya no era yo, no era tú, era otra.





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